No sé si os ha pasado pero en casa sí (y eso que vamos descalzos todo el día) que al pasar cerca del marco de la puerta o de la pata de una silla el dedo meñique del pie se quiere quedar enganchado ahí. Esto sucede cuando no tenemos una clara percepción de nuestro límite corporal, cuando a nuestro cerebro le está faltando información, con este taller de reconocimiento a través del tacto, vamos a ayudar a nuestro cerebro, conectándolo con los receptores que hay por nuestro cuerpo y que le van a dar información concreta y precisa.
Para aumentar esa conexión vamos a tapar lo ojos y vamos a buscar diferentes maneras de estimularlo, con frio y calor, con rugoso y liso, con duro y blando… además de cambiar la postura y así percibir las diferencias de los apoyos de mi propio cuerpo, de pie mis rodillas no sienten el peso y mis manos tampoco pero a cuatro patas si.
A demás durante la evolución del ejercicio vamos a trabajar la orientación espacial con los ojos cerrados, lo que es mucho más difícil, obligando a nuestro cerebro a utilizar sentidos diferentes para lograrlo.
Por último trabajamos el equilibrio al pasar por distintos planos.
Entre los beneficios de este trabajo encontraremos mejora de la consciencia corporal, la motricidad gruesa y la fina o la mejora de la confianza en uno mismo y en sus propias capacidades.
Espero que lo podáis poner en práctica y si te ha gustado recuerda suscribirte y compartir el vídeo para que otras personas puedan beneficiarse.
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Un saludo.